El almacenamiento adecuado de medicamentos en las farmacias hospitalarias es un aspecto crítico para garantizar la calidad, seguridad y eficiencia en la atención. Una de las decisiones clave que enfrentan los profesionales de la farmacia es elegir los métodos de almacenamiento. Muchas veces esta elección ya está hecha por criterios administrativos o por limitaciones de espacio. Sin embargo aún en esos casos una visión informada puede ayudar a tomar decisiones acertadas con esas restricciones.
Los métodos tradicionales de almacenamiento de medicamentos presentan ciertos desafíos que pueden afectar negativamente la eficiencia y la seguridad de los fármacos administrados. Las estanterías abiertas y las unidades de cajones son dos opciones comunes de almacenamiento de medicamentos en las farmacias de los hospitales. Tradicionalmente se han usado estantes abiertos en los que los medicamentos están a la vista y son accesibles, lo que facilita la búsqueda y el reabastecimiento. Sin embargo, esto también puede llevar a la desorganización y dificultar la identificación de medicamentos específicos. Por otro lado, las unidades de cajones son estructuras que contienen múltiples cajones o compartimientos por lo que ofrecen un almacenamiento más seguro y ordenado, lo que reduce el riesgo de errores y garantiza una mejor organización. Sin embargo, también puede resultar más laborioso encontrar y acceder a los medicamentos necesarios.
Seleccionar el más adecuado dependerá de diversos factores como:
Costos y Durabilidad
Cuando se trata de costos iniciales y a lo largo de la vida útil, los estantes abiertos generalmente se presentan como una opción más económica. Sin embargo, cuando se considera su durabilidad a largo plazo las cosas adquieren otro matiz. Las cajoneras, a pesar de su mayor costo inicial debido a su estructura más elaborada, tienden a ser más duraderas por su calidad de construcción, lo que puede traducirse en menores gastos de mantenimiento y reemplazo a lo largo del tiempo, además de que en general suelen ser más estables y resistentes mecánicamente.
Protección del Medicamento
La protección de los medicamentos es una consideración fundamental. Los estantes abiertos exponen los medicamentos a factores ambientales como la luz, la humedad y la contaminación del aire. Si bien en cualquier farmacia estas condiciones deben estar medidas y controladas, si estos controles fallan, los medicamentos quedarán expuestos completamente a dichas fallas. Esto podría afectar la estabilidad y la eficacia de los fármacos con el tiempo. En contraste, las cajoneras brindan una protección más sólida al resguardar los medicamentos de estos factores externos y servir como amortiguadores a los cambios ambientales. Esto asegura que los medicamentos mantengan su calidad y eficacia durante todo su ciclo de vida y funcionan como un sistema de respaldo a los controles ambientales.
Seguridad y control de inventarios
En el caso de la seguridad, los estantes abiertos presentan un desafío por diseño, ya que este facilita el acceso a los medicamentos, sea esté autorizado o no. Esto aumenta el riesgo de robo, manipulación indebida y mal uso. Las cajoneras, por otro lado, ofrecen un mayor nivel de seguridad, ya que en su caso los medicamentos se pueden mantener bajo llave, minimizando el riesgo de acceso no autorizado y garantizando un control más estricto sobre quién puede acceder a los fármacos. Aún en el caso de cajoneras sin llave, el hecho de que los medicamentos no se encuentren a la vista permite inhibir los robos de oportunidad y dificulta el acceso a medicamentos específicos a quienes no conoce la organización de la farmacia.
En términos de control de inventarios, las cajoneras también tienen ventajas evidentes. Mantienen los medicamentos organizados y separados en compartimentos designados, facilitando el seguimiento preciso de los niveles de inventario y vencimientos. Los estantes abiertos, al ser más visibles y susceptibles a mezclas accidentales, pueden dificultar esta tarea crítica.
Consideraciones para su selección
La elección entre estanterías abiertas y unidades de cajones en las farmacias de los hospitales debe basarse en varios factores clave. En primer lugar, es importante considerar el espacio disponible en la farmacia y cómo se puede optimizar para un almacenamiento eficiente. En principio los estantes pueden parecer más fáciles de adaptar, pero no aprovechan de forma eficiente el espacio ya que en algunos casos dificultan el acceso de las áreas más alejadas del frente. Por otro lado, la limpieza de los espacios en general es más sencilla con las cajoneras ya que sus superficies exteriores protegen a los medicamentos en todo momento. En ambos casos es clave la organización de los inventarios, el uso de etiquetas y de una lógica de rotación.
En la decisión entre cajoneras y estantes abiertos a menudo se pasa por alto el impacto del espacio en la experiencia del paciente. La disposición de los medicamentos puede tener un efecto directo en cómo los pacientes perciben su atención médica.
Los estantes abiertos, pueden parecer más accesibles y visibles, pero también pueden generar cierta sensación de exposición. Los pacientes pueden sentirse incómodos al ver sus medicamentos expuestos a otras personas. Además, la posibilidad de que los nombres de los medicamentos sean visibles y reconocibles fácilmente podría involuntariamente revelar información médica privada. Esta falta de privacidad puede afectar la confianza del paciente en la discreción y confidencialidad de sus tratamientos.
Por otro lado, las cajoneras ofrecen una ventaja en términos de privacidad y comodidad. Al mantener los medicamentos fuera de la vista, los pacientes pueden sentirse más seguros en cuanto a la confidencialidad de sus tratamientos. Esto es particularmente relevante cuando se trata de medicamentos o tratamientos sensibles que el paciente prefiere mantener confidenciales. La sensación de tener acceso a los medicamentos de manera más discreta puede mejorar la experiencia general del paciente y fomentar una relación más positiva con el personal médico. La privacidad y la confidencialidad son aspectos cruciales para construir una relación de confianza entre los pacientes y el personal de salud.
Conclusión
La elección entre estantes abiertos y cajoneras para el almacenamiento de medicamentos en farmacias hospitalarias es una decisión multifacética. A pesar de su costo inicial más alto, las cajoneras ofrecen beneficios a largo plazo en términos de protección de medicamentos, seguridad, control de inventarios y una ventaja psicológica sobre la confianza del paciente y la apariencia en general del espacio de la farmacia. La inversión inicial adicional puede justificarse por la mejora en la gestión de inventarios, la preservación de la calidad de los medicamentos y la garantía de la seguridad del paciente.
La optimización del almacenamiento de medicamentos es esencial para brindar una atención médica de calidad y segura. Al elegir la opción que mejor se adapte a las necesidades específicas de la farmacia hospitalaria, los profesionales de la salud pueden contribuir significativamente a una atención más eficiente y confiable. En este sentido, la elección del método de almacenamiento puede influir en la percepción del paciente sobre la atención médica y, en última instancia, en su satisfacción y fidelización.
