Ya sabemos que la radiografía digital ofrece numerosas ventajas sobre la radiografía convencional, como una mayor rapidez, una menor exposición a la radiación y una mejor calidad de imagen. Pero no solo son ventajas técnicas, también permite que los técnicos y radiólogos saquen mejor partido de su tiempo y tal vez hasta duplicar la capacidad de atención. De entrada, si al cambiar a un detector digital se reducen los tiempos de espera por el proceso de revelado. Tambien se elimina el tiempo dedicado a la organización del almacenamiento. Pero eso no es todo.

La radiología convencional requiere más tiempo y recursos para procesar las imágenes, ni se diga si hay que compartir las imágenes con otros especialistas o facilitar su acceso a los pacientes. Pero por mucho tiempo también se ha visto como una opción más económica. En 5 puntos te mostraremos como la digitalización hace que la inversión se recupere mucho antes de lo que imaginas, especialmente ahora que el costo de una solución digital es mucho menor que hace unos años. Hoy en día existen soluciones económicas y eficientes para actualizar a la radiología digital sin necesidad de cambiar el equipo existente. Incluso, detectores inalámbricos que se adapta a cualquier chasis estándar y que se conecta con el software que ofrece funciones avanzadas de procesamiento, visualización y gestión de las imágenes.

Este tipo de equipos te permite mejorar la productividad en cinco puntos clave:

1. Mayor rapidez en la obtención y envío de las imágenes: Un detector inalámbrico transfiere las imágenes de forma instantánea al software, donde pueden ser revisadas, editadas y enviadas al radiólogo o al sistema PACS (Picture Archiving and Communication System) en cuestión de segundos. Esto reduce el tiempo de espera del paciente y del personal médico, así como el riesgo de perder o dañar las placas analógicas o CR.

2. Mejor calidad y resolución de las imágenes: Los detectores modernos tienen una mayor resolución, incluso con resoluciones espaciales de 3.9 lp/mm y un tamaño de píxel de 127 micras, lo que permite obtener imágenes nítidas y detalladas, incluso en zonas difíciles como la columna vertebral o las extremidades. Además, algunos softwares cuentan con algoritmos inteligentes que optimizan el contraste, la nitidez y la reducción de ruido, lo que facilita el diagnóstico preciso y confiable.

3. Menor exposición a la radiación, menores costos de mantenimiento: La sensibilidad y bajo ruido electrónico de los detectores actuales significa que puede captar más señal con menos dosis de radiación. Esto beneficia tanto al paciente como al personal médico, ya que se minimiza el riesgo potencial asociado a la exposición prolongada o repetida a los rayos X. Por otro lado, alarga la vida util de los generadores de rayos X, reduciendo su costo de mantenimiento y evitando los paros por el mismo motivo, lo que aumenta el tiempo de ocupación de la sala.

4. Mayor flexibilidad y movilidad, sin tener que cambiar las instalaciones: Con un detector de menos de 2 kg es fácil usarlo en diferentes escenarios clínicos. Puede ser utilizado en mesas fijas o móviles, sistemas portátiles o carros rodantes. Además, su batería integrada le permite funcionar hasta por cuatro horas sin necesidad de recarga. Esto significa que no hay que cambiar mobiliarios y que se puede trabajar de forma ininterrumpida por largos periodos, aumentando la capacidad de atención.

5. Menor costo operativo, más recursos para ampliar los servicios: Los costos actuales de los detectores representan una inversión accesible para acceder a la tecnología DR sin tener que reemplazar el equipo existente. Además, al eliminar el uso de placas analógicas o CR se reduce el gasto en materiales consumibles como películas, químicos o papel. Asimismo, al agilizar el flujo de trabajo se optimiza el uso del tiempo y del espacio disponibles. Ya no es necesaria un área de almacenamiento y procesamiento, y se disponen de diagnósticos en menor tiempo, incluso aprovechando a especialistas que no están en sitio.

En conclusión, el migrar a un sistema digital puede mejorar la productividad y la calidad del servicio en las áreas de diagnóstico por imagen al punto de que duplicar la capacidad de atención. De esta forma, no necesitas espacio extra para una nueva sala de rayos X, y puedes aprovechar el espacio que se libera para mejorar los espacios de atención a los pacientes. Todo redunda en mejora la satisfacción del cliente y así garantizar que regrese por la seguridad de diagnóstico que ofreces.